La muerte es algo que la humanidad ha reflexionado sobre por todo nuestra existencia. Es imposible saber que pasa después de la vida, y a esta duda la gente tiene reacciones muy diferentes. Claro que sabemos que cuando personas mueren, biológicamente cesan a funcionar. Pero, porque humanos son tan complicados, pensamos que hay una existencia incompresible, aparte de nuestros cuerpos y funcionas biológica. Aunque esta no es la creencia de todos, es la creencia de los mexicanos; que la existencia continúa después de la vida. Por eso, celebran la muerte, porque a ellos, se considera la muerte una extensión de la vida (y también los mexicanos son festivos). La opinión del significado de la muerte Estadounidense es algo muy diferente. Los americanos son muy pesimistos y demasiado técnico; pensamos que la existencia de una persona concluya con su muerte. Pues, no celebramos la muerte, la lamentamos.
Porque los mexicanos son tan festivos, celebran la muerte. En el día de los muertos, los familiares decoran las sepulturas de sus ancestros fallecidos. Piensan que porque la gente siempre está insatisfecha cuando mueren, necesitan satisfacerse después de la muerte pues es imposible si la existencia cese con la muerte. La religión de la mayoridad de mexicanos, el catolicismo, también sigue la idea que hay una vida después de la muerte. Por ejemplo, tiene las ideas del cielo y el infierno, y cómo es la persona en la vida determine donde va después de la muerte. Las tradiciones antiguas de los aztecas, el patrimonio de lo que queda en México, también reflejan la idea que una persona vive después de la muerte. Es porque tenían cosas como sacrificios. Pues, los mexicanos creen que hay una existencia humana que dure más que la vida humana.
Los americanos son más científicos con sus creencias. Pensamos que porque biológicamente la vida concluye con la muerte, la existencia concluye también. Tenemos una sociedad más laica, menos festiva, y que no tiene las tradiciones cómo los mexicanos. Vivimos por la vida, y aceptamos que al fin, no seremos satisfechos. Además, porque siempre estamos tan ajetreados con nuestras ocupaciones, no tenemos el tiempo para celebrar algo cómo la muerte, porque somos tan ocupados con nuestras vidas. Estas son ideas más deprimidas como las de los mexicanos, pero las creemos tan mucho que los mexicanos creen sus ideas, aunque nuestras ideas no son religiosas.
Por consiguiente, las ideas de muerte de los mexicanos y los americanos son muy diferentes. Los mexicanos, en su sociedad de tradición y espiritualidad piensan que hay una existencia después de vida. Los americanos, en nuestra sociedad laica, pensamos que no hay nada después de la vida. Es un poco increíble que dos países tan cerca geográficamente pueden tener dos ideas tan diferentes sobre la muerte.
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